La última sesión de Atravesados por la Cultura, una iniciativa de Traficantes de Sueños junto a la Universidad Nómada, tuvo como invitados a Raul Sánchez, de la Universidad Nómada y Jesús Carrillo, del Reina Sofía, para debatir acerca del valor actual de la institución en la generación y promoción de la cultura.
La charla estuvo muy interesante, en la Chikiasemblea o Rapodromo del Patio Maravillas en un círculo de unas 13 a 15 personas.. Teníamos delate a un representante del Reina Sofía, el director de programas culturales, un espécimen especial, de esos que afortunadamente, se siguen haciendo preguntas, y mantiene los ojos bien abiertos a lo que le rodea..
En cuestión de producción cultural, parece ser unos de los responsables de que El Reina, una de las grandes instituciones culturales de este País, se acerque a ejemplos de centros socio-culturales autogestionados, surgidos desde la reivindicación del uso público de espacios abandonados, como lo que es El Patio Maravillas o la Casa Invisible de Málaga.
Nos preguntamos si está bien que el Reina meta el pie en estos lugares. Cual es su intención? Será la autopromoción? La publicidad?
Desde una respuesta que parece bastante sincera, Jesús, confesó que instituciones como el Reina, necesitan ir a donde verdaderamente se está generando la cultura hoy. Que ellos son conscientes (bueno, al menos alguno hay) que las cosas no ocurren ya dentro del Museo (ya era hora), y que ellos no tienen el poder de convocatoria y entusiasmo que generan otros productores. Él mencionó a Zemos98, porque parece que estuvo en el último festival, al que yo también acudí, con dicho entusiasmo, pero el Patio o la Casa Invisible, no son menos importantes.
Luego, cabe preguntarse ¿de qué forma participan estas instituciones? Parece que en estos casos, han financiado y apoyado los eventos de discusión como “Governance cultural vs instituciones de los común, derecho a la ciudad y nuevas políticas de la cultura” en La Invisible o “Instituciones de lo común, entre la crítica y la creación institucionales”, discusión sobre algo en lo que ellos mismos se están cuestionando. Hasta ahí bien.
Pero no podemos evitar que nos asalte la duda de si no querrán ver qué pasa afuera, en la denominada creatividad social, (en situaciones de autogestión, subvención personal, con trabajo y dinero, voluntario y ciudadano) y desde su posición de poder, crear el producto renovado, vendible, fresco.
No sé, está fenomenal que los subvencionen, al fin y al cabo son con dinero público, pero tampoco vale: una vez meto el pie, cojo la idea y me voy..sino que establezcan proyectos duraderos de colaboración. Parece que en la La Casa Invisible, de Málaga, el MNCARS, ha dado un gran paso adelante para apoyar que este centro se quede en la ciudad libre de ser desalojado: http://www.lainvisible.net/?q=es/node/17105 Esperamos, desde aquí, que suceda lo mismo con El Patio Maravillas.
Porque lo que hace falta en las Instituciones, que muchos estamos de acuerdo en que están destinadas a desaparecer, es que cambie el concepto que las genera, su metodología de funcionamiento y estructura base, su esqueleto. Que ellos mismos abran su espacio a que los ciudadanos la vivan, como dice Jaron de YP: aumentar el número de ancianos y niños como visitantes (es un punto) y promover las formas de autoorganización y conocimiento, pero incluso dentro del propio Museo, que revierta o enriquezca a los que lo producen.
En definitiva, que deje de ser el “mostrador” con autoridad. que dota de valor a las producciones culturales (función que cumplía en España en los ‘80 según mostró Carrillo) y que se establezca como una dínamo de enlace para otros productores, más porosa a la sociedad y sus necesidades.
Al fin y al cabo, lo que es necesario, es una mayor distribución de los fondos públicos destinados a la cultura entre los distintos productores, que están activos en la ciudad, para que se diversifiquen los focos de actividad y los temas de discusión y se favorezca una participación ciudadana más activa en la creación de cultura de nuestras ciudades.
La charla estuvo muy interesante, en la Chikiasemblea o Rapodromo del Patio Maravillas en un círculo de unas 13 a 15 personas.. Teníamos delate a un representante del Reina Sofía, el director de programas culturales, un espécimen especial, de esos que afortunadamente, se siguen haciendo preguntas, y mantiene los ojos bien abiertos a lo que le rodea..
En cuestión de producción cultural, parece ser unos de los responsables de que El Reina, una de las grandes instituciones culturales de este País, se acerque a ejemplos de centros socio-culturales autogestionados, surgidos desde la reivindicación del uso público de espacios abandonados, como lo que es El Patio Maravillas o la Casa Invisible de Málaga.
Nos preguntamos si está bien que el Reina meta el pie en estos lugares. Cual es su intención? Será la autopromoción? La publicidad?
Desde una respuesta que parece bastante sincera, Jesús, confesó que instituciones como el Reina, necesitan ir a donde verdaderamente se está generando la cultura hoy. Que ellos son conscientes (bueno, al menos alguno hay) que las cosas no ocurren ya dentro del Museo (ya era hora), y que ellos no tienen el poder de convocatoria y entusiasmo que generan otros productores. Él mencionó a Zemos98, porque parece que estuvo en el último festival, al que yo también acudí, con dicho entusiasmo, pero el Patio o la Casa Invisible, no son menos importantes.
Luego, cabe preguntarse ¿de qué forma participan estas instituciones? Parece que en estos casos, han financiado y apoyado los eventos de discusión como “Governance cultural vs instituciones de los común, derecho a la ciudad y nuevas políticas de la cultura” en La Invisible o “Instituciones de lo común, entre la crítica y la creación institucionales”, discusión sobre algo en lo que ellos mismos se están cuestionando. Hasta ahí bien.
Pero no podemos evitar que nos asalte la duda de si no querrán ver qué pasa afuera, en la denominada creatividad social, (en situaciones de autogestión, subvención personal, con trabajo y dinero, voluntario y ciudadano) y desde su posición de poder, crear el producto renovado, vendible, fresco.
No sé, está fenomenal que los subvencionen, al fin y al cabo son con dinero público, pero tampoco vale: una vez meto el pie, cojo la idea y me voy..sino que establezcan proyectos duraderos de colaboración. Parece que en la La Casa Invisible, de Málaga, el MNCARS, ha dado un gran paso adelante para apoyar que este centro se quede en la ciudad libre de ser desalojado: http://www.lainvisible.net/?q=es/node/17105 Esperamos, desde aquí, que suceda lo mismo con El Patio Maravillas.
Porque lo que hace falta en las Instituciones, que muchos estamos de acuerdo en que están destinadas a desaparecer, es que cambie el concepto que las genera, su metodología de funcionamiento y estructura base, su esqueleto. Que ellos mismos abran su espacio a que los ciudadanos la vivan, como dice Jaron de YP: aumentar el número de ancianos y niños como visitantes (es un punto) y promover las formas de autoorganización y conocimiento, pero incluso dentro del propio Museo, que revierta o enriquezca a los que lo producen.
En definitiva, que deje de ser el “mostrador” con autoridad. que dota de valor a las producciones culturales (función que cumplía en España en los ‘80 según mostró Carrillo) y que se establezca como una dínamo de enlace para otros productores, más porosa a la sociedad y sus necesidades.
Al fin y al cabo, lo que es necesario, es una mayor distribución de los fondos públicos destinados a la cultura entre los distintos productores, que están activos en la ciudad, para que se diversifiquen los focos de actividad y los temas de discusión y se favorezca una participación ciudadana más activa en la creación de cultura de nuestras ciudades.
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